
Por otro lado, hasta el día de hoy, persisten las ideas arcaicas de las desigualdades por causas raciales, ideas que nos condenan a un estado sin integración y con una fuerte exclusión social. Estamos atados a nuestros prejuicios aunque no lo queramos admitir muchas veces. “La reivindicación indígena carece de concreción histórica mientras se mantiene en un plano filosófico o cultural. Para adquirirla -esto es, para adquirir realidad, corporeidad- necesita convertirse en reivindicación económica y política (…)” (José Carlos Mariátegui 1963). Aquella frase de Mariátegui debería ser anacrónica para nuestra época; sin embargo, aun no pasamos aquella brecha y la discriminación es algo de todos los días. Un país que busca convertirse en nación debe comenzar por dar igualdad de derechos y oportunidades a todos sus habitantes. Y es aquella marcada desunión la que nos quita fuerza y nos aleja de la idea de nación.
En conclusión, para llegar a obtener un cambio real es necesario modificar nuestro modo de pensar. Debemos dejar de vernos como perdedores y dejar de sentirnos superiores o inferiores. Solo cuando dejemos de cargar con las consecuencias de nuestro pasado podremos tener una próspera visión del futuro. Tenemos lo necesario para conformar un país desarrollado, pero nuestros prejuicios y complejos nos lo impiden.
son una mierdaaaaaa
ResponderEliminarNO SIRVEN PARA NADA SON UNA PUTA MIERDAAAAAAA
ResponderEliminarEstos chilindios y mexiorcos envidiosos
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