Las consecuencias de cómo gerenciar nuestro país en este mundo globalizado, también repercuten en nuestra identidad. Basadre comentó: [...] aunque es tan rico y complejo el pasado del Perú, lo que importa, sobre todo, no es lo que fuimos sino lo que podamos ser.(Carrillo 2005:69) De esta forma, una cosa es la identidad como autodescripción consciente a un grupo cultural determinado, y otra el conglomerado de influencias culturales que han contribuido a formar nuestra manera de relacionarnos (Ansión 2001:65). Por ello, el Estado debe intervenir, responsablemente, en la patentación de aquellos productos que formen nuestra identidad y que con la globalización han adquirido un mayor interés comercial como la gastronomía, artesanía, textilería, música, etc. De igual manera, se debe actuar con la promoción interna y protección de nuestros circuitos turísticos, de modo que los peruanos, a un bajo costo, conozcamos nuestra patria tal como sucede en México. El deporte, bien gestionado, también enriquece la identidad. Desarrolla física y mentalmente a la nación, así como en el crecimiento de una autoestima peruana colectiva.
En nuestro país, la gestión de la biodiversidad animal, vegetal y mineral influyen en la formación de identidad de los habitantes. La acuicultura es uno de los econegocios de mayor demanda global. Un ciento de la comida marina consumida en el mundo proviene de granjas de conchas y peces. Esto, en nuestro país, abunda. Sin embargo, no son aprovechados al máximo (Brack 2004:173). De este modo, se hace necesaria la participación estatal y de organismos pertinentes para el incremento de desarrollo de estas áreas. Cuidando estos aspectos, el país fortalecerá su diversidad cultural, habrá una mayor identificación en la población con estos recursos y, por ende, un mayor interés por el cuidado y crecimiento de lo nuestro.
Se dice que el Perú de hoy está progresando; no obstante, aún no se hace lo necesario para obtener un recurso humano de calidad y productivo. Se necesita invertir en educación para generar desarrollo. De lo contrario, seguiremos eligiendo malos gobernantes, siendo cómplices de su corrupción y aceptando la subordinación. Nuestro país, rico en su diversidad cultural, nos brinda identidad y personalidad frente a otras naciones. Aprovechemos esta ventaja y aprendamos a conocerla, amarla y defenderla.
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